Si hubiera un orden…
Soledad Dahbar
La práctica del yoga te da el poder de acomodar los órganos dentro de ti. La inhalación y la exhalación son masajes al estómago, a la garganta, al corazón, a la glándula pituitaria. Así, el hecho de respirar, acción vital y por lo tanto en apariencia inconsciente, impulsiva, provoca dentro de nosotros esa posibilidad consciente. Es como traer adentro un poco de afuera, a conciencia. Dicho esto, el orden de los órganos podría estar determinado por la conciencia.
En cuanto a los afectos. Los que nos afectan. Los que nos causan una afección. Como un cuchillo que corrige la carne. Como el bisturí que al abrirnos nos hiere. El afecto es una herida. Estar afectado es estar supeditado a algo, a alguien. Un intento por colocar el corazón en el lugar correcto.
Depende del tamaño de la anomalía, de la imprecisión. Hay que esperar el desenlace.
Hay otros sitios ambiguos. Otros distintos. Afuera de todos los lugares. Son como meta ambiguedades. Y no podemos nunca llegar a ellos.